miércoles, 18 de marzo de 2009

CON LA ACTITUD CIENTIFICA PARTE LA INVESTIGACIÓN

Lic. Sergio Benites Romero
Docente Universitario


En cierta ocasión surcaba el cielo un moderno boeing, de cerca, observé como un niño de escasos seis o siete años detuvo el juego con su pelota para interrogar apresurado a su madre ¿Como podía volar ese avión?, en ese instante, la progenitora notablemente fastidiada apenas respondió “Porque tiene motor”, al instante el pequeño repreguntó ¿Y qué hace el motor para que el avión vuele? “Bueno, para eso esta hecho pues” y no se dijo más. Al alejarse el avión también se iba la curiosidad de aprendizaje del menor.

Los infantes filosofan, todo lo problematizan, son potenciales científicos que de casi todo se interrogan, si podemos argumentarles que los aviones se propulsionan en el aire desarrollando desplazamientos aerodinámicos gracias a un sistema técnico que les permite superar las leyes de la física, etc, etc, contribuiremos con el desarrollo de la actitud científica.

La actitud es una predisposición para actuar. Los más grandes hombres de ciencia tuvieron un entorno que les exigía un desarrollo intelectual (Ch. Darwin, C. Marx, etc.), los padres de familia son mediadores fundamentales para el desarrollo de la actitud científica, (alguien debería hablarles de Vigotsky) dicho proceso debe continuar en el sistema educativo formal. Sin embargo, el desarrollo de la actitud científica no ha sido un reto para nuestra educación. El Diseño Curricular Nacional apenas plantea algunas competencias para observar, organizar, analizar, comparar y construir, pero ¿Cómo pueden hacer los escolares estas actividades si no tienen la predisposición para investigar?, resulta similar en muchos cursos de metodología de nivel superior, Según Salas Blas a los universitarios les interesa la investigación por sus fines (obtener una calificación o un grado académico) no por sus fundamentos.

Hay acierto en algunas instituciones que consideran la investigación como eje transversal, de tal manera que el grado de complejidad vaya en aumento desde los primeros hasta los últimos ciclos, igual debe ser en la escuela, en sus tres niveles. Las investigaciones de maestrías y doctorados deben prestar atención al desarrollo de la actitud científica, pero desde temprana edad.

Hoy, la indiferencia de muchos universitarios para investigar puede entenderse, desde temprana edad no los motivaron para interesarse por las ciencias, pese a que tuvieron curiosidad innata por aprender. No hay duda de que el nivel científico - tecnológico de un país se refleja en el tipo de educación de sus habitantes.

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