martes, 31 de marzo de 2009

LIBERTAD ACADÉMICA E INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Por Sergio Benites Romero
En el año 1998 se desarrolló en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional del Santa, el seminario “Paradigmas educativos”, uno de sus conspicuos ponentes fue el Dr. Marco Antonio Barboza Medina, la participación de dicho catedrático refrescó en aquella oportunidad novedosas pautas a considerar en el trabajo metodológico de la investigación científica. Dado el actual estancamiento generalizado en la investigación universitaria, vale la pena recordar algunas ideas.

Para Barboza, la investigación científica necesita ser liberada de las ataduras seudo científicas de muchos académicos, mejor dicho, afirmaba que los investigadores debían “cambiar sus paradigmas” muchas veces impuestos. Por ejemplo, para que exista realmente una investigación universitaria esta debe implicar un trabajo de docentes y universitarios, en la realidad los primeros investigan solos y ello conlleva a pensar que únicamente les interesarían los beneficios económicos que puedan percibir exclusivamente.

En cuanto a lo metodológico en si, el uso de esquemas ha conducido a que los alumnos incurran en el “esquematismo” y aprendan que ya existen fórmulas o reglas preestablecidas para investigar. La libertad académica invita a valorar lo azaroso o casual porque el conocimiento no ha surgido siempre en base a esquemas, ese mérito lo tienen Roentgen con los rayos catódicos, Lavoisier con el oxígeno, hasta el mismo Cristóbal Colón, es decir, salieron en una dirección y dieron con algo inesperado, que no estaba en el esquema, esto es lo que en investigación científica se llama “serendipity”.

Asimismo, la libertad académica se entiende como la preferencia a la incertidumbre antes que al dogma, son muchos los intelectuales altamente politizados que han perdido la perspectiva científica por su apego a alguna ideología y la ciencia no es cerrada sino abierta. La libertad académica, también exige evitar caer de lleno en el positivismo porque no todo es certeza objetual como pretende dicha corriente.

Finalmente, debe cuestionarse el daño de los diseños correlacionales bivariados que han conducido a cientos de investigadores al “reduccionismo”, al asumir que una sola variable puede ser causa de determinado efecto, ante esto la libertad académica ha propuesto la promoción de variables causales. Existe una contraparte a la libertad académica que podemos llamar “libertinaje académico”, esa lamentable costumbre de llamar ciencia a algunas disciplinas (ciencias jurídicas, secretariales, religiosas, etc.)

miércoles, 18 de marzo de 2009

CON LA ACTITUD CIENTIFICA PARTE LA INVESTIGACIÓN

Lic. Sergio Benites Romero
Docente Universitario


En cierta ocasión surcaba el cielo un moderno boeing, de cerca, observé como un niño de escasos seis o siete años detuvo el juego con su pelota para interrogar apresurado a su madre ¿Como podía volar ese avión?, en ese instante, la progenitora notablemente fastidiada apenas respondió “Porque tiene motor”, al instante el pequeño repreguntó ¿Y qué hace el motor para que el avión vuele? “Bueno, para eso esta hecho pues” y no se dijo más. Al alejarse el avión también se iba la curiosidad de aprendizaje del menor.

Los infantes filosofan, todo lo problematizan, son potenciales científicos que de casi todo se interrogan, si podemos argumentarles que los aviones se propulsionan en el aire desarrollando desplazamientos aerodinámicos gracias a un sistema técnico que les permite superar las leyes de la física, etc, etc, contribuiremos con el desarrollo de la actitud científica.

La actitud es una predisposición para actuar. Los más grandes hombres de ciencia tuvieron un entorno que les exigía un desarrollo intelectual (Ch. Darwin, C. Marx, etc.), los padres de familia son mediadores fundamentales para el desarrollo de la actitud científica, (alguien debería hablarles de Vigotsky) dicho proceso debe continuar en el sistema educativo formal. Sin embargo, el desarrollo de la actitud científica no ha sido un reto para nuestra educación. El Diseño Curricular Nacional apenas plantea algunas competencias para observar, organizar, analizar, comparar y construir, pero ¿Cómo pueden hacer los escolares estas actividades si no tienen la predisposición para investigar?, resulta similar en muchos cursos de metodología de nivel superior, Según Salas Blas a los universitarios les interesa la investigación por sus fines (obtener una calificación o un grado académico) no por sus fundamentos.

Hay acierto en algunas instituciones que consideran la investigación como eje transversal, de tal manera que el grado de complejidad vaya en aumento desde los primeros hasta los últimos ciclos, igual debe ser en la escuela, en sus tres niveles. Las investigaciones de maestrías y doctorados deben prestar atención al desarrollo de la actitud científica, pero desde temprana edad.

Hoy, la indiferencia de muchos universitarios para investigar puede entenderse, desde temprana edad no los motivaron para interesarse por las ciencias, pese a que tuvieron curiosidad innata por aprender. No hay duda de que el nivel científico - tecnológico de un país se refleja en el tipo de educación de sus habitantes.

lunes, 9 de marzo de 2009

SOBREVIVIENDO de Víctor Heredia

La reeducación de los obreros es tarea urgente



Lic. Liliana Villanueva López
liliana_r19@hotmail.com

Cuando en diciembre del 2008 leía el fascinante libro “Las Cárceles del Emperador” del poeta limeño Jorge Espinoza Sánchez, una anécdota citada motivó en mi persona algunas reflexiones pedagógicas. El autor da cuenta – gracias a un testigo de primera mano - de como durante el primer quinquenio fujimorista en el penal Miguel Castro Castro, cuando los senderistas se habían asentado en las “autodenominadas” luminosas trincheras de combate, un extorsionador con todos los vicios de la calle (lumpen, borracho, drogadicto, violador, estafador y ocioso) comenzó a tratar con los insurrectos antes mencionados, lentamente fue adaptándose – sin ninguna obligación según el texto – a la férrea disciplina de trabajo y estudio como todos los demás presos políticos, los cambios fueron realmente significativos, atrás quedaba el estilo del malhadado social por un nuevo hombre, más culto, políticamente crítico, elevado moralmente, incluso causó una profunda alegría a la cariacontecida madre que lo frecuentaba en las visitas establecidas tal es así que no dudo en agradecer, profundamente conmovida, a los subversivos por haber cambiado a su hijo, cabe precisar al lector que quien suscribe estas líneas no sostiene coincidencias ideológicas con los otrora alzados en armas sino que considera oportuna la cita para plantear una cuestión ¿puede cambiar un lumpen?

Responder a la anterior pregunta es muy difícil, pero si tomamos como estudio de caso la anécdota narrada encontraremos una respuesta a la luz del aporte pedagógico de Lev Vigotski, quienes hemos estudiado a este ruso sabemos que los procesos de aprendizaje se producen en contextos socioculturales definidos y los elementos materiales y humanos a nuestro alrededor son mediadores entre el sujeto cognoscente y el aprendizaje, cierto es que la teoría vigotskiana esta referida al aprendizaje del infante, sin embargo es posible pensar que su alcance puede ir más allá, es decir para los procesos de cambio en adultos mediante la reeducación. En nuestro país la tarea de la readaptación social está en manos del Estado peruano y todos conocemos que las mazmorras son por el contrario poderosos mecanismos de perfeccionamiento criminal, la única experiencia conocida con éxito es el de algunas iglesias.

El objeto de este artículo no es el de la reeducación social de antisociales en general sino de manera particular la reeducación política en un sector concreto. Actualmente casi todos los gremios de construcción civil muestran manifestaciones que lindan más con la violencia de pandilleros que con la de una verdadera organización obrera, ofrecen un discurso lumpen, vació de contenido político, sólo basta acercarse alguno de estos grupos y constatarlo, tales características han terminado por desnaturalizar la esencia de los sindicatos obreros que partieron con el amauta José Carlos Mariátegui en el siglo pasado cuando dio forma a la CGTP. El problema existe, lo sabemos y nadie lo pone en duda pero tampoco en agenda, por eso estas líneas plantean una urgente tarea de los partidos políticos y gremios: la reeducación política de las masas obreras, los dirigentes tienen la palabra, pueden ser ciegos a ella o desengañarse y empezar a trabajar.

La organización de la clase obrera no es una cuestión para repartirse, en muchos casos violentamente, cupos de trabajo, los sindicatos jamás tuvieron en su génesis la perspectiva de convertirse en agencias de empleo. Un obrero debe entender que su organización como estamento constituye un rol histórico para las grandes transformaciones de una mejor sociedad con características cualitativamente superiores, comprende una concepción de desarrollo de clase y esto lo hace conciente, a eso se refería el norcoreano Kim Il Sung en la década de los setenta cuando decía que los obreros no solamente deben unirse sino también “claseobrerizarse”.

El auge del rubro de construcción al tener una demanda de mano de obra a ella acuden cientos de desocupados y entre ellos ex presidiarios, pandilleros, etc., es decir puede ingresar cualquier persona porque no hay criterios de selección ni mucho menos de cualificación al interior de allí los métodos para resolver sus problemas son entendibles, tanto entre los gremios mismos y hacia la patronal.

Si bien es cierto la reeducación política de los obreros es una tarea urgente debe admitirse también que es difícil, el problema que los obreros siempre arrastraron fue el empobrecimiento cultural e ideológico, aún en pleno surgimiento del capitalismo el propio Carlos Marx se dio cuenta de ello en su obra “Trabajo asalariado y Capital” cuando quería explicar sus complejos análisis económicos y temía no lo pudieran entender es por ello que se esforzó en ser didáctico, redactaba entonces: “Queremos que los obreros nos entiendan. Además en Alemania reinan una ignorancia y una confusión de conceptos verdaderamente asombrosas acerca de las relaciones económicas más simples”.

Creatividad pedagógica y Responsabilidad Social

Lic. Sergio Benites

Hace unas semanas atrás, conversaba con algunos pedagogos sobre al aprendizaje de sus estudiantes de nivel primario con respecto a cuestiones medioambientales para cumplir con la transversalidad en sus contenidos curriculares y percibí una preocupación por echar mano de los textos y estrategias que pudieran encontrar y serles útiles, comentaban los colegas que en lo sucesivo recorrerían las bibliotecas y librerías más conocidas de la ciudad, por mi parte les interrogué si consideraban las actividades lúdicas, a lo que respondieron que también buscarían algún material útil de dinámicas para ello, fue entonces que surgió una preocupación mía ¿Qué pasaría si no encontraban los textos en mente? ¿Cómo aplicarían la transversalidad de la temática medioambiental? y si acaso lo encontraran ¿Cómo saber si otro docente antes ya lo aplicó con sus escolares y no correr el riesgo de repetir estrategias o metodologías?

Asaltado de súbito por las ultimas inquietudes pedagógicas, experimenté una sensación de pensamientos encontrados, por un instante entendía que los docentes – una gran, pero gran mayoría – se limita a refugiarse en los manuales existentes y no retan su capacidad para explotar la creatividad e innovar, por otro lado valoré una vez mas lo hermoso que es el trabajo pedagógico porque día a día nos plantea desafíos a superar y eso es lo que nos ayuda a crecer, veamos una forma de arrostrar el desafío.

Si nos centramos en la actividad lúdica, por ejemplo, podemos reinventar muchas cosas. Para casi todos es conocido el clásico y popular juego de salón llamado “monopolio”, cuya lógica de cada participante es tratar de mantenerse en un ficticio pero competitivo mercado tratando de adquirir la mayor cantidad de bienes raíces, todo ello respetando el pago de alquileres a propiedades ajenas e impuestos de rigor de la banca. Si consideramos normas adicionales para incorporar al juego, como los que son de interés para la Responsabilidad Social podríamos facilitar la enseñanza en el aula porque los escolares aprenderían estos menesteres desde ya jugando.

Solo basta ejercitar nuestra imaginación, para darle forma a algunas pautas que especifiquen sanciones a los jugadores que tuvieron mala suerte con los dados, pueden elaborarse cartillas cuyo tenor puede figurar mas o menos del siguiente modo: “Páguese al banco la suma de $100.00 por contaminación de residuos sólidos” o “Pierde dos turnos por no contar con proveedores (Stakehoulders) formales”. Asimismo, otras cartillas pueden compensar en algunas jugadas como reza a continuación: “Vuelva a tirar los dados, sus repotes organizacionales evidencian un desarrollo sostenible” o “Pase por el banco y cobre un bono de $250.00, su empresa ha sido certificada con la ISO14001”.Existen muchos medios y materiales que pueden innovarse, solo es asunto de proponérnoslo. Los tiempos actuales exigen muchos retos a los pedagogos y deben estar a la altura de esos tiempos-

Cuando Charles Darrow patentó en 1935 el entretenido “monopolio”, sin duda jamás imaginó el extraordinario éxito obtenido a la fecha, incluso ya existe una versión online al alcance en Internet. En el campo pedagógico se estudian y utilizan permanentemente los medios y materiales, este es un campo que debe enriquecerse mediante la innovación, para eso esta la necesaria investigación científica, los manuales existentes sin duda son útiles pero no todo esta dicho en cuanto a estrategias escolares. Los docentes necesitamos la capacidad creadora de Darrow.

La actividad lúdica es por lo general irresistible para niños y niñas, esas condiciones deben ser aprovechadas al máximo en cada institución educativa para promover los aprendizajes significativos que todo educador desea, más aun si queremos ver a futuras generaciones jugando y aprendiendo en un mundo mejor.