jueves, 24 de diciembre de 2009

El costo de la politiquería

Lic Sergio Benites Romero
Docente universitario


Cuando ingresé a laborar en la Sociedad de Beneficencia Pública de Chimbote en el 2005, fui testigo de excepción del deficiente trabajo que realizaba la gavilla de “Cuenta Conmigo”, pues eran lo que hoy son, individuos que recurren a la politiquería para ocupar un trabajo, amén de otras mañas. Las organizadas campañas que implicaban una mezcla de mínima filantropía y excesivo asistencialismo – a veces con matices propagandísticos – eran una crónica a la incompetencia. Los eventos empezaban tarde, no se coordinaba ni con Defensa Civil o la Compañía de Bomberos, etc. En silencio me interrogaba ¿Qué nos puede esperar si las instituciones públicas están llenas de esta gente? Pero somos también responsables.

La política es un arte y la politiquería un desastre. Ahora que se viene la denuncia a los responsables que hacen mutis, podemos pensar que la respectiva Fiscalía tendrá sus propias preguntas, como ciudadano me quedo con las que nos interesan ¿Cómo gerenciará una región gente que no es eficiente para organizar una simple actividad? ¿Cómo puede Arroyo gestionar el estadio en su calidad de funcionario público si es una actividad de su movimiento politiquero con la foto de su patrón incluído? ¿Porqué y hasta cuando seguir burlándose de la pobreza? ¿Porqué no enseñarle a la gente a desarrollar sus capacidades para ya no darles el pescado (o el panetón)?

Estimados lectores, el problema no es Alvarez porque gente como ese existe, el real problema son todos los tipos como el que pretenden gobernarnos y que se alistan a mentirnos. Si estas dispuesto a seguir pensando que ¡La política no te interesa! o ¡Jamás cambiará la política! Pues acabas de condenarnos a otro período de lo mismo, en todo caso nos toca hacer dos cosas en concreto; si conoces la historia negra de un candidato da cuenta de ello y empieza a construir una nueva opción ¿Cuántas personas más deben morir porque los gobiernos naufragan en manos de delincuentes?

Tal vez suene duro decirlo pero debe hacerse, el costo de la politiquería no solo es en efectivo sino también en vidas humanas a veces, a los politiqueros no les duele una pérdida humana sino el declive de su imagen por efecto mediático cuando les enrostran su responsabilidad. Alvarez enlutó la Navidad y tuvo que experimentar el champagne amargo de su autoderrota, seguro ha derramado las copas de su ira sobre su pandilla que tiene manchadas las manos con sangre, sin embargo los peores sentimientos se los llevan los deudos de María Vásquez Bocanegra